Sabemos que para la transmisión del psicoanálisis es fundamental tener la posibilidad de hilar la teoría con la práctica clínica, pues es aquí donde se puede escuchar el desarrollo del miedo en el sujeto y el gran sufrimiento que conlleva. A veces, los sujetos nos hablan de sus miedos pero otras veces se enfrentan a algo mayor: a la angustia. Cuando la angustia aparece en la vida del sujeto todo cambia, todo se trastoca y se vuelve insoportable. Al hablarnos de los sujetos de la diferencia que sienten entre el miedo y la angustia casi todos coinciden en que, aunque ambos producen mucho sufrimiento y padecimiento, de entre los dos, es la angustia mucho más insoportable. Y es que la angustia se presenta tocando el registro de lo real lacaniano, que es el registro de lo que puede simbolizarse, aquello que no podemos articular con palabras y que queda sin poder expresarse.
