Esta obra de Nur Masalha expone con escalofriante rigor las características y dimensiones de la total devastación a que se sometió a los palestinos, sus bienes y su historia. Pero también muestra y analiza la resistencia cultural, a través de la reivindicación de la historia propia -convertida en historia de los "condenados de la tierra"- basada en testimonios orales, muchas veces con significativos componentes de género. Ello la convierte en una llamada a la conciencia universal, una denuncia de los horrores del etnicismo nacionalista, transfigurado en "identidad asesina", y en el acta de existencia de un pueblo que se niega a abandonar su puesto en el mundo.