AA.VV
El sobrepeso infantil viene siendo detectado como una evidencia en nuestra sociedad y desde hace menos de una década se está valorando como un fenómeno de riesgo físico y psicosocial, sobre todo, cuando va acompañado de un comportamiento sedentario. La existencia de factores múltipes y diversos que intervienen en la obesidad, hace que sea difícil encontrar una via rápida y fácil para una modificación de hábitos de vida. Es por ello, que hay que tratarlo como un fenómeno multifactorial de intervención tanto en el propio individuo como en la familia, el entorno, el marco educativo, la sociedad, el ambiente y las instituciones públicas. La prevención constituye una baza importante y conlleva la adquisición de hábitos de vida saludables empezando por una alimentación, una actividad física y un estilo de vida saludables. Es en este sentido dónde hay que buscar la dirección hacia donde incidir el trabajo a hacer. Por supuesto, la parcela educativa y familiar son los marcos idóneos para la sensibilización, la concienciación y, por supuesto, la apuesta por la prevención. En OBESIDAD Y SEDENTARISMO INFANTIL ¿QUÉ HACEMOS?, se aportan casi 300 actividades que se integran perfectamente a las programaciones educativas y, especialmente, en el área de educación física.
