Edición de Andrés Fisher y Benito del Pliego. Los poemas de Gertrude Stein nos hacen soñar la idea de vórtice, círculos concéntricos de aire y materia que conforman un gran monstruo aspirador de percepciones. Este tornado, de formas matemáticas y despiadadas, de vez en cuando se ve interrumpido, cortado, por un color, un sonido, una metonimia afásica que es atraída, lo atraviesa momentáneamente y es expulsada, como una vaca o una valla absorbidas por el poderoso remolino. Una repetición sistemática, hipnótica y molesta, cómica en ocasiones, ruidismo más que música, con la función de extrañar para revelar. El mantra de las siete diferencias.