La obra recoge una larga conversación -en realidad, a veces, solo un jugoso monólogo punteado y galvanizado por leves incisos- en torno a un asunto históricamente vital para los españoles, como lo fue y sigue siendo la convivencia y ruptura de "Las tres naciones" o las tres castas. En este sentido el volumen responde a la curiosidad superficial y a la indagación profunda sobre determinados aspectos de aquella tragedia, que nos marcó colectivamente, y desvela la pervivencia hasta nuestros días de costumbres islámicas y hebraicas que ponen de manifiesto el fracaso histórico de la Inquisición. Es a la vez una de las obras más personales y reveladoras del talante heterodoxo y radicalmente inconformista de Jiménez Lozano, que aquí cede a la reflexión transparente.