Con motivo de su 60 cumpleaños, un grupo de poetas escogen treinta sonetos que representan, a juicio de estos amigos, ´los más hermosos (entre muchos otros excelentes) que han florecido en las sesenta fértiles ramas del árbol de Alejandro Roemmers. En todos y en cada uno de ellos alientan el don de su talento y la gracia de su sensibilidad. Son poemas que le ofrecen y que consideran, a la vez, un regalo para ellos mismos. Pero no dejan de ser suyos; los ha escrito a lo largo de sesenta años de emociones y experiencias. Han sido una ventana abierta para mirar el mundo de otro modo, para hallar en la poesía motivos de amor y de esperanza´.