Que la Historia reflexione sobre sí misma y que, al adquirir conciencia de sus posibilidades, someta a revisión sus objetivos y sus métodos para estar a la altura de su misión. Ese es el tema crucial de la obra. Para ello, nada más ejemplar que la actitud de los científicos de llevar a cabo la crítica de su propia ciencia. De ellos mismos llega hoy al historiador la incitación a realizar una tarea paralela en su campo de investigación. En una época en a que se producen las más críticas revisiones teóricas junto a las más deslumbrantes conquistas científicas.