La revolución es una cosa muy complicada, es verdad, pero más complicado aún es enfocar qué retaguardias concretas sostienen la revolución, qué cuidados habilitan o qué política es capaz de trascender en las vidas de quienes la producen, cuando se cuida a otros. O, desde otro punto de vista, qué demonios pasa con esas retaguardias cuando todo parece en calma. Un día se juntaron, a ver si se entendían, dos grupos de ideas aparentemente separadas: política, militancia, activismo, organización, que iban por un lado, y reproducción, vida, cuidados, afectos y sostenimiento, que venían por otro. Y tenían cosas que decirse. Sobre todo tenían cosas que preguntarse. ¿Esto de la política es para cualquiera, de verdad? ¿Bajo qué condiciones, quién sostiene la política? ¿Se puede mirar de frente a lo material que produce la posibilidad de acción? ¿Dónde están los cuidados cuando se los necesita?