Era Pink Floyd, sí, aquello de ´hay alguien dentro de mi cabeza, pero no soy yo´. A mí me ocurre a veces, con esa nostalgía que viene a derrotar a la memoría, o mejor dicho, a abatirnos directamente en ese foco de las entrañas donde se trama la vida. A veces recuerdo cosas, y las siento con efectos narcóticos; veo difusa una vida que es ex-vida y viene con síntomas alucinatorios. Una vez tuve padres, una novia que veia a la Virgen, otra novia que escribia poesía suicidándose en cada verso, otra novia que caminaba como Audrey Hepburn en Americanos en Montecarlo y se follaba a mi amigo hindú Punnut Gullatti; tengo algunos amigos muertos, y algunos de ellos me encomendó que le buscará un cementerio bucólico, porque no quería él terminar en la sala de prácticas de los estudiantes de medicina. Era Nicolás de Vinarés.