¿Fue o no fue bohemio Valle-Inclán? ¿Perteneció a esa tribu de iconoclastas que luchaban por el ideal del arte y por cambiar la vida del artista? Algunos ilustres valleinclanistas lo niegan. Valle-Inclán -dicen- nunca perteneció a ese grupo de desarrapados, de alcohólicos, de vagos en definitiva, que fueron tempranamente a la tumba y que no consiguieron dejar rastro alguno de su genio, si es que tuvieron alguno. Valle-Inclán -insisten- nunca pudo pertenecer a la llamada cofradía de la pirueta, ni practicó nunca el “sublime arte del sablazo”. Muy al contrario -persisten- nunca pidió un duro y nunca recurrió a un amigo, a pesar de las infinitas calamidades y privaciones a que se vio obligado.