El destino del mundo se dirime en Iberia, los romanos y los cartagineses pugnan por el control del Mediterráneo. Pero el Imperio es insaciable y necesita el dominio de la península, Aro el guerrero lobo, acaudillará a los vacceos para oponerse a las todopoderosas legiones romanas.
Año 210 a. C. Publio Cornelio Escipión desembarca en Hispania para derrotar a los cartagineses y dar fin a la larga guerra. A muchas millas de allí, en el interior de ese enorme territorio, Aro y los vacceos de Albocela conocen la noticia de su llegada. Pronto empiezan a temer que el vencedor de esa guerra volverá su codiciosa mirada hacia sus prósperas tierras. Cuando ese temor se convierte en realidad, los presagios, las visiones de los druidas y las ambiciones de los hombres pondrán a Aro al frente del ejército vacceo.
Augusto Rodríguez de la Rúa escribe una novela viva con un estilo fluido, con detalladas descripciones de personajes y lugares. El ritmo es vivo, variable y cambia, dependiendo del momento de la obra para llevar al lector a momentos de sosiego y tranquilidad y a continuación trasladarlo a escenas de intriga y acción.