La obra es un estudio de la actividad constructiva mundial más significativa que se ha realizado en los últimos 50 años, cuando el movimiento moderno fue dando paso a otras corrientes arquitectónicas a mediados de los años sesenta. Se pretende analizar las grandes corrientes que han presidido el quehacer constructivo de este periodo, a partir de los principales representantes y focos originarios de cada movimiento. Partimos de los núcleos iniciales de Estados Unidos y Europa, para ir adentrándonos en otros centros que han ido tomando protagonismo como Japón, Canadá, China, Australia, Corea del Sur, Singapur, Malasia, India o los países del Golfo Pérsico. A lo largo del estudio hemos ido constatando el deseo de convertir la actividad arquitectónica en algo más que una tarea funcional para las diversas actividades humanas. Los arquitectos han asumido el reto de explorar las posibilidades estéticas del edificio para conseguir colmar no sólo su dimensión utilitaria, sino explorar también otras dimensiones de carácter sensorial, emocional y psicológico que el edificio puede desencadenar en sus usuarios. Junto al reto del diseño se ha desarrollado paralelamente el de la altura, con un verdadero empeño por superar las cotas conseguidas en los rascacielos anteriores que están ya próximas a alcanzar los 1000 metros.
