ARVYDAS SABONIS EL ZAR LITUANO

SOY de los que piensa que si Arvydas Sabonis no hubiera tenido las gravísimas lesiones que sufrió en los pies y en las rodillas habría competido sin duda alguna con Bill Russell, Wilt Chamberlain y Kareem Abdul- Jabbar -con el permiso de Bill Walton, otro genio al que las rodillas no le dejaron rendir al máximo- por el cetro de mejor pívot de la historia del baloncesto mundial. Si él hubiera podido ir a la NBA en 1985 -cuando fue elegido en el número 77 del draft por Atlanta Hawks- estoy convencido de que el ya de por sí descomunal talento dellituano habría roto todas las barreras. Pero la política de la URSS primero y sus lesiones después no le permitieron viajar a Portland y a la NBA hasta diez años después. Eso que ganamos en España, donde le disfrutamos durante seis temporadas. ¡Qué manera de jugar. .. andando! A nadie de su tamaño he visto interpretar el baloncesto como a él, un alma de base en un corpachón de movimientos perfectos, lastrados solamente por sus debilitados pies. Con Arvydas Sabonis siempre he tenido una relación muy especial, quizá porque me atreví -¡osado de mí!- a insistir cuando me dio su primer ¡no! ¿O acaso fue ¡NO!? Y cuando Sabonis decía ¡no! Pocos se atrevían a insistir.