BAD ONE Y EL CASO DE LA MOMIA DEL MUSEO BRITÁNICO

Antes de enfrentarse al caso del doble asesinato en el Támesis, ya existía Bad One. Al principio todo era una página en blanco… y el espíritu de Ricardo Lampert se cernía sobre ella. Y dijo Lampert: separemos el blanco de la página vacía de los caracteres tipográficos, y así fue. Y a lo escrito le llamó historia y al continente novela. Y dijo Lampert: hágase la trama. Y así fue. Y a la trama le llamó enredo y separó el enredo de la realidad y le llamó ficción. Y dijo Lampert: hagamos al personaje, a imagen de nuestro sentido del humor… y así fue. Y Lampert llamó al personaje Bad One y le dio el poder de vivir dentro de la novela. El poder de moverse y de tener vida propia. Luego Lampert dijo: no es bueno que el personaje esté solo y creo otros personajes. Y vio Lampert que era bueno y dijo: hagamos Bad One y el caso de la momia del Museo Británico… y así fue.

Bad One, el detective más carismático de Scotland Yard, se enfrenta esta vez a un caso enrevesado y difícil, tan misterioso como las pirámides de Egipto. En el corto espacio de unos meses, varios cadáveres son hallados en Hyde Park, a poca distancia unos de otros y horriblemente mutilados. Las pruebas son muy escasas y en esta ocasión el detective tendrá que poner, de nuevo en juego, toda su capacidad analítica y deductiva. Poco a poco las averiguaciones van cercando al misterioso asesino en serie al que el policía, sin ninguna duda atrapará. ¿O es Bad One quién va siendo atrapado en esta tela de araña tejida por el cerebro enfermo de un psicópata?