Dentro de una caverna se encuentran, desde su nacimiento, unos prisioneros encadenados de cuellos y piernas, sólo pueden mirar hacia el muro del fondo. Cuando salen al exterior, deslumbrados por la luz del sol, no logran distinguir entre lo verdadero y lo que creían verdadero. Mediante el razonamiento, consiguen distinguir entre la idea que tienen de las cosas y de lo que realmente son las cosas. Los prisioneros atados representan los seres humanos en estado de ignorancia; las sombras proyectadas, (que conocemos del mito de Platón) son las apariencias, lo que creemos que son, el mundo sensible; lo que está afuera de la caverna, la luz (del sol) es el conocimiento verdadero. El prisionero liberado representa al filósofo, el sabio, quien deberá guiar a los hombres ignorantes hacia el conocimiento verdadero a través de la razón. Rosa Amor en este poemario rivaliza con las sombras, se erige en prisionero liberado, pero queda lo que ella denomina: ontología versificada. Reflexiono sobre la entelequia de mi realidad , ha dicho la autora.