Ciro Bayo entra en Sucre, antigua Chuquisaca, tras recorrer 273 leguas a caballo desde Tucumán (Argentina), un día de enero de 1892. Se queda durante cinco años en la por entonces capital de Bolivia y allí emprende la aventura de montar un colegio de la noche a la mañana, en el que educará a los hijos de lo más granado de la ciudad y que luego endosará a un verdadero profesor titulado. Este libro cuenta su historia.