El cronista, minucioso contador de lo acaecido, apoyado en una prosa que discurre por la mirada sensible del arquitecto y la velada metáfora del poeta, deja constancia y nos recuerda con Maurice Blanchot "que todo lo que nos proponemos, todo lo que hemos adquirido, todo lo que somos, todo lo que se alce sobre la tierra y el cielo, retorna a lo insignificante".