120 pp. Vivimos en una especie de peregrinación hacia el Padre-Madre que acoge en el amor para siempre. La pluralidad de consecuencias y de exigencias personales y comunitarias que presenta la fe en Dios Padre, que acoge a todos en el amor, muestra la universalidad de la llamada a celebrar su primacía en la vida y en la historia, tal como nos enseñó a hacerlo el Hijo eterno venido en la carne.