Cuando enseñamos la práctica del ´juego´, como necesidad pedagógica y educativa en el niño/a, estamos impartiendo unas actividades lúdicas, que a su vez, se insertan en un proceso de aprendizaje, en la vida formativa del niño/a. El ´juego´ se trasmite por la necesidad de un estímulo de motivación muy importante, donde se activan fisiológicamente, las emociones sensoriales del niño/a. También por medio de la diversidad de las actividades. El ´juego´ se transforma en un vehículo social-afectivo, que beneficia de manera sobrenatural y hormonalmente su paulatino crecimiento. Con el ´juego´, crece la autoestima y se perfecciona su personalidad. A traves de las ´actividades Asociativas´, también, el niño/a, descubre cognitivamente la creatividad individual y colectiva, asociada al propio grupo. También despierta, gran interés en su propio ´EGO´ y desarrolla su influencia personal con los demás. Se adapta facilmente a las reglas del ´juego´ y suelen respetarlas con personalidad. Por otro lado, se produce una autodisciplina, provocada y ordenada por sus actitudes emocionales, que emanan de la praxi del ´juego´. En el transcurso del juego el niño/a, necesita liberarse de todo estímulo sensorial negativo. Con la actividad se refuerza, tanto sus capacidades intelectuales como, psicomotrices. Perfecciona de esta manera, la diversidad de movimientos, (´gestos´, encontrados y aprendidos, en el proceso de aprendizaje en la iniciación del ´juego´.