El Chulla Romero y Flores es la penúltima y más compleja de las novelas de Jorge Icaza, publicada cuando ya era el más célebre de los literatos ecuatorianos. El propio personaje, Luis Alfonso Romero y Flores por su condición de cholo (mestizo de india y blanco) y por sus pujos disimuladores de tal condición en conducta y atuendo, le pone el mote: Chulla; o sea, lo que entendemos por acá como un fantasma. Servido el personaje, servida la peripecia; que no hace sino enraizar al relato en la más castiza tradición de la novelística hispana: la picaresca. situación y tono que, por encima o por debajo de la trama, no la abandonará nunca hasta convertir la trapisonda en una comedia desgarrada y patética; además, en un Quito de aguafuerte, donde gallean los criollos, corruptos por formación y herencia, y chapotean contra su miseria económica y su baldón racial los cholos e indios.