Al rechazar tanto un islam monolítico como una determinación 'civilizacional' en su acción, el autor rechaza en esta obra la tesis del choque de civilizaciones: es lo que él llama 'el mito del enfrentamiento', que ilustra con un brillante análisis de la cuestión de los derechos humanos en el marco de la polémica universalismo-relativismo y el antiislamismo como expresión no de una, sino de múltiples tomas de posición ideológicas poco o nada definidas por la religión.