El problema no se encuentra en el miedo sino en nuestra percepción del mismo. Hemos confundido al enemigo sin darnos cuenta de que cambiando nuestra percepción sobre ese enemigo tenemos mucho más que ganar: nuestras vidas serán más plenas y mucho más felices. Por todo ello, os sugiero que le demos una oportunidad al miedo. ¿Cómo? Pues por ejemplo, poniendo en práctica las herramientas que os desvelará este libro.