Todos convivimos con el profundo impacto que han ocasionado la globalización y la hiperconectividad y, en el futuro inmediato, se sumarán dos nuevas olas de cambio: la aceleración tecnológica -que en los próximos años explotará con toda su intensidad- y la irrupción de más de 4.000 millones de personas de los países emergentes. Estas megatendencias revolucionarán nuestra sociedad y modificarán radicalmente cada aspecto de nuestra vida.
Como consecuencia de esta brutal transformación, la geografía pierde importancia: nunca antes ha sido menos importante dónde nace, crece y se desarrolla cada uno. Ésta es una maravillosa noticia para todos: en este mundo emergente, el entorno no limitará las posibilidades y oportunidades de progreso de cada persona; cada cual, viva donde viva, podrá competir con los mejores del mundo.