Mirando el pasado, encontré el sentido del miedo y la forma más fácil de educación de la misma sociedad en que vivimos. Nos gusta ser controlados y nada nos fascina más que la sangre, la misma que pone en función la máquina de nuestro cuerpo y mente. Somos tan raros que nos matamos entre nosotros con una facilidad abrumadora. Somos la especie más cruel jamás vista.