La dirección orquestar ha suscitado siempre una extrema curiosidad entre el público y los entendidos ¿Cómo es posible poner de acuerdo a cien o más músicos con movimientos de una batuta? Que el que manda y decide sea el único que no toca instrumento alguno. Un artista que actúa dando la espalda al público, el jefe de la agrupación orquestal ha adquirido relieve y protuberancia gigantesca, fama ilimitada, honorarios cuantiosos, todo unido a un extremado culto a la personalidad. Ego, divismo,egolatría dictatorial, lo anterior por lo general. Las relaciones de la orquesta y el director, son de mutuo amor y odio; saben que el uno sin el otro, constituyen un divorcio y una inacción inamovible. En estaa obra se analizan esas relaciones de forma novelada, pero hay lucubraciones y disecciones (el autor es compositor) del meollo de la dirección. Es en los ensayos donde se calibra al actor del atril central, los músicos logran una radiografía casi inmediata... y del diagnóstico depende en mucho la resultante del concierto y del contrato fructífero entre el principal y los subalternos. Debido a controversias en surgen enormes diferencias, que se magnifican al estar en un país comunista. Todo conlleva a que el director, un súper director, estrella, connotado y valorado en el mundo entero, se vea enredado en una maraña y una redecilla que lo envuelve en unas arenas movedizas. La novela, con algo o mucho de thriller, resulta apasionante por el suspense que produce toda la situación.