La gran cuestión de la lectura exige ser afrontada como verdadera teoría general; esto es, como amplia construcción crítica y retórica y al fin en tanto actividad global estética en el marco del pensamiento teórico y los avatares culturales que únicamente pueden ser asumidos a través de una concepción de la continuidad que aquí eminentemente atañe a la escritura y a la ciencia humanística.