José Luis Pardo se lanza a desentrañar los entresijos de la cultura de masas, sin gestos paternalistas y sin pretender reducirla a una versión simplificada de la alta cultura. Desde la arrogancia de los Beatles, cuatro jóvenes prácticamente iletrados que, por haber tocado el cielo de la popularidad masiva gracias a un golpe de suerte, se comparaban en fama a Jesucristo o a Mozart en cuanto a influencia, hasta la expectativa que los jóvenes de aquella generación y extracción social tenían de poder superar la barrera de clase que les separaba de la elite a la cual pertenecían históricamente Stockhausen, Wilde o Jung, del mismo modo que la habían superado (al menos en la portada de Sargeant Pepper's) otros don nadies como Marilyn Monroe, Stan Laurel y Oliver Hardy o Sonny Liston.