NATALIA LITVINOVA (AUT.) / JUAN CARLOS MESTRE (PR.)
Así la esclava flor solitaria en la libertad de su enloquecida belleza se arraiga en el barro, echa raíces en el afuera y se hace sílaba del enigma. Están. Hay en ellos un lenguaje roto y movedizo que da cuenta de lo infinito, un secreto que da cuenta de otro más persuasivo e indócil secreto, una profecía que origina verdad, que resiste al tiempo en que misericordia y locura dejaron de ser alimento de lo feliz.