La formación del espacio público intenta desvelar los mecanismos de la cohabitación en un sector en plena reestructuración de la antigua Barcelona. El libro se centra más en las interacciones entre "residentes estables" y "recién llegados", que en el análisis de las relaciones entre la sociedad llamada "de acogida" y un único grupo o colectivo, generalmente calificado como "inmigrante". Trabajar desde esta perspectiva permite evitar el pensamiento cartográfico y desdramatizar una situación vivida como una "invasión" de un supuesto "territorio propio". También se describe la manera en que uno espacios en mutación se estructuran, considerando qué margen de maniobra ofrecen a sus usuarios, se analiza el tipo de relaciones existentes entre los residentes, así como las múltiples imágenes, a menudo contradictorias, otorgadas a esta parte de la ciudad. Finalmente, el estudio de los estereotipos que circulan entre los vecinos sobre los nuevos y antiguos habitantes permite señalar algunos elementos que aclaran ciertas fronteras erigidas frente a lo "distinto", que complican, o impiden, el diálogo.
