El compromiso poético de la posguerra española no solo tuvo en la comunicación o en la explicitación de unas intenciones sociales su único referente estético: partiendo de la voz de Vicente Aleixandre se fueron luego articulando la poesía de María Beneyto, de José Luis Hidalgo y de Francisco Brines, estableciendo así un arco completo de toda la posguerra española, no solo cronológicamente, sino también en cuanto a las diferentes propuestas estéticas que fueron surgiendo.