En La hora de la verdad, Rosa Regàs mira la vejez a los ojos, sin miedo ni apriorismos, con valentía e ilusión por el presente. La hora de la verdad es un canto a la vida que no rehúye la cercanía de la muerte, una incitación a dar alas a nuestras vocaciones ocultas, las que hemos mantenido escondidas durante tantos años y que ahora, liberadas y redescubiertas, pueden por fin florecer.