Aparecido en 1977, después de ser rechazado por la censura rumana, este fue el primer libro de relatos de esta prestigiosa autora, candidata al Premio Nobel. Las cuatro estaciones se inscribe en la nutrida tradición fantástica de la literatura de su país, a la vez que dialoga con otras tradiciones, de Poe a Kafka. Ana Blandiana se sirve de lo fantástico para denunciar, de manera encubierta, la dimensión grotesca de la existencia en un estado totalitario; es decir, estos cuatro relatos pertenecen tanto a la literatura fantástica como a la literatura de testimonio.