ANA MARTÍNEZ RUS, RAQUEL SÁNCHEZ GARCÍA (EDS.)
En la historia contemporánea de España la palabra “repúblicaö ha quedado asociada a la democracia y a regeneración política. Cabe preguntarse por que, pues la forma que adopta el Estado no es garantía de limpieza política. Esta asociación de conceptos tiene un claro origen histórico que nos remite a ese periodo tan importante en la historia de nuestro país, un periodo que comienza en 1868 y acaba en 1939. Las dificultades en la construcción de los modernos estados liberales y los desafíos que planteó la extensión del derecho de sufragio en la segunda mitad del siglo XIX generaron en los países europeos disfunciones en todos los órdenes. En el caso español, estas se manifestaron en un anhelo de regeneración política que en 1873 vino marcado por el fracaso de la monarquía constitucional de Amadeo I y en 1931 por la frustración generada por otra monarquía, la de Alfonso XIII, que comenzó bajo los auspicios de la tan ansiada regeneración para desembocar en formulas autoritarias. Se analiza la asociación entre república y democracia a través de varios ejes que nos permiten estudiar la pluralidad de sus manifestaciones en ambos periodos históricos.
