Del silencio que habita en todas las familias, de las palabras que todos llevamos dentro y que nunca acaban pronunciándose; de la incomprensión y de la incapacidad de amar, junto a la voluntad de hablarse y abrazarse. De todo eso Laurent Mauvignier extrae esta novela, donde las voces de una familia se trenzan íntimamente para desvelarnos, poco a poco, lo sucedido aquel 31 de mayo de 1995.