MEMORIAS DE UN AMANTE SARNOSO

Escribir una autobiografía de Groucho Marx - nos dice Groucho Marx sobre el autor de este libro - sería tan criminal como leer una autobiografía de Groucho Marx. El personaje es tan díficil de describir como Lawrence de Arabia, con su albornoz y su turbante, que tampoco puede ser arrancado de las ardientes arenas del Oriente Medio, para pasar a la imprenta. Una circunstancia, sin embargo, que redime en gran parte a Groucho es que, a pesar de ser tan locuaz, como la mayoría de maníacos sexuales y célibes frustrados supo atarse la lengua cuando estuvo en juego el honor de alguna doncella. Esto, referido al promedio de los ninfomaníacos casados, significa algo más que lo que puede expresarse con palabras. Para ser honestos - si es que de esto se trata - debemos reproducir aquí una advertencia del autor; Quienquiera que compre este libro habrá de considerarse expoliado si se ha dejado engatusar por el título. Yo bien quisiera - continúa - haber escrito un buen libro erótico que motivara un escándalo mayúsculo. Es indudable que lo que más excita las apetencias literarias del lector, es saber qeu el autor ha sido encarcelado por sobreexcitar la libinosidad de millones de compatriotas. Una nota final: el libro fue escrito durante las interminables horas que empleé - sigue hablando el autor, quizá por boca de ganso - esperando a que mi mujer acabara de vestirse para salir. Si hubiera andado siempre desnuda, nunca habría tenido la oportunidad de escribirlo. Ni este hasta ahora modesto editor de publicarlo.