Cuando el cuerpo sin vida de una estudiante aparece en un zaguán y el supuesto asesino solicita su ayuda, Ricardo Blanco no sabe que va a involucrarse en uno de los casos más complejos con los que ha tenido que verse nunca. A medida que se adentra en la investigación, al detective le sobreviene el peor de los dilemas: el de si su cliente se merece el tiempo y el esfuerzo que gasta en librarlo de la condena.