Si, como nos dice Nizar Qabbani, "La poesía es la esencia de la esencia", no sería osado considerar que con "Navegar en la memoria" culmina la esencia poética de Salah 'Abd al-Sabur. Más aún, este pequeño gran diván se convierte en punto de llegada de toda su trayectoria literaria; en él podemos observar con nitidez las "pisadas" de su andadura por el teatro poético y escuchar los "ecos" de sus discrusos narrativos. Pisadas y ecos que traslucen una experiencia triste, dolorosa y, ante todo, honda, profunda, sustancial....
A grandes rasgos, su obra poética puede ser dividida en tres apartados, atendiendo a los temas principales y al propio devenir cronológico. De esta manera, habría un primer momento, representado por sus dos divanes "La gente de mi país" y "Os digo", en el que aparece un Salah preocupado no tanto por su propia existenica humana, como por la realidad histórico-social de su entorno. Un Sala-poeta-egipcio más comprometido, en relación a las etapas posteriores, que crea una poesía un tanto más nacionalista, llevado por moldes de corte romántico. Ahora bien, aquel sentimiento que laterá en toda su poesía, aquel dolor o sufrimiento (que no tristeza, como él mismo dice) aflorará ya desde el principio.
