Esta obra es una rotunda declaración de amor a la música, quizá la declaración más sincera y limpia que pueda existir en cuestiones del amor y del querer: no hay posesión, celos ni desconfianza, sólo gozosos momentos musicales que, como mucho, pueden hacernos retroceder en la vida y sentir nostalgia del pasado. Una completa colección de álbumes y temas musicales que engarzan la vida y le dan sentido. Escrito casi a manera de diario, Daniel Rodríguez va mezclando su devenir personal con la música que más amaba y de la que vivía, al tiempo que entrevera esta hilazón musical de anécdotas históricas, bien universales, locales y deportivas. Y así nos lleva desde los años sesenta del siglo pasado hasta la primera década de este nuevo milenio, que sin querer o queriendo, es también cambalache. Daniel González vive desahogadamente de la música, como discjockey de las principales salas, discotecas y boites de su ciudad, hasta iniciar su andadura como coordinador de musicales de la novedosa FM de Radio Gijón, emisora en la que pasaría los últimos 35 años de su vida laboral, alternándolos con sus colaboraciones en los diarios El Comercio y La Nueva España.
