IRENE DÍAZ GARCÍA, AÑA MUÑOZ (EDS.)
Desde mediados del siglo pasado, la importancia de la cultura científica, y su necesaria presencia entre la ciudadanía para un adecuado manejo de los asuntos públicos se ha ido convirtiendo en una realidad aceptada. Comprender y gestionar esta realidad es algo que requiere de esfuerzo político. Pero también de apoyo público y de una masa social crítica que emane de la ciudadanía y permita que las medidas a adoptar sean adecuadas y eficientes.