José Lupiáñez es uno de los poetas andaluces más destacados de la promoción de los ochenta. Casi treinta años avalan su trayectoria creadora, que va desde la publicación de su primer libro Ladrón de fuego (1975) hasta la de este poema, Petra, que ahora ve la luz, con prólogo de José de Miguel. Entre ambos se han ido sucediendo títulos tan significativos como Río solar (1978), El jardín de ópalo (1979), Amante de gacela (1980), Música de esferas (1982), Arcanos (1984), Número de Venus (1996), Égloga de la Estación Segunda: El Verano (1996), La luna hiena (1997), Puerto escondido (1998), La verde senda (1999) y, más recientemente, El sueño de Estambul (2004). Distintos premios tales como el «Antonio Machado», el «Juan Ramón Jiménez», el «Luis de Góngora» o el «Emilio Prados», han venido a reconocer la diferencia y hondura de su voz, en el panorama de la actual poesía española. Su obra ha sido recogida en numerosos recuentos y antologías y traducida a diversas lenguas extranjeras. Profesor de Literatura, ha cultivado también la crítica literaria y el ensayo en distintos medios especializados.
"Petra (La ciudad rosa)" es un largo poema que rinde homenaje a la mítica ciudad del sur de Jordania. Cualquier viajero que la visita no deja de asombrarse ante el milagro labrado en la roca, en medio del desierto, que confiere a este lugar, y a sus entornos más próximos, un halo de encantamiento difícil de olvidar. En sus versos, este homenaje conjuga la referencia histórica con la recreación de la vida cotidiana de los distintos pueblos que habitaron sus casas y palacios. Historia, leyenda y evocación emotiva del pasado alternan con el presente del viajero, que vive a la vez el vértigo del tiempo ido y el presente que apremia. Pero también Petra es una alegoría del camino de la vida, entendido como búsqueda apasionada de la belleza y persecución del ideal que late siempre en el lado secreto de lo real, allí donde el misterio desdice las certezas que creíamos permanentes e invulnerables.
