El maestro del relato y escritor que con más originalidad y profundidad ha plasmado las absurdas leyes del mundo moderno, apenas publicó en vida , y le encargó al escritor austriaco Max Brod, su gran amigo y biógrafo, que destruyera todos sus manuscritos inéditos a su muerte. Brod no sólo contravino su voluntad sino que se convirtió en el editor de toda su obra. Y así, el lector puede gozar del conjunto de escritos más insólitos e inquietantes del siglo XX.