He aquí la curiosa historia de una santa viajera cuyos restos sagrados recorrieron buena parte de Europa dejando a su paso un recuerdo imperecedero. Descubiertas las reliquias de santa Leocadia por soldados españoles de los Tercios de Flandes, pronto crecería en ellos una devoción que les llevaría a pedir continuamente su intercesión en los campos de batalla. Fueron soldados y religiosos toledanos los que se propusieron recuperar estas reliquias para devolverlas al lugar del que habían salido nueve siglos antes, Toledo, comenzando así un lento y rocambolesco peregrinar entre las adversidades y crueldades de la guerra y los intereses de unos y de otros.