En "Senderos de Al-Andalus", el poeta, tras indagar en numerosas fuentes de nuestra historia, nos ofrece toda la sensualidad y el cromatismo del mundo árabe, el esplendor de un pueblo que nos legó parte de la esencia de nuestra cultura, y la decadencia, en fin, de unas gentes que hubieron de resignarse a la derrota y al exilio.