La palabra experimental es válida, siempre que se entienda no como la descripción de un acto que luego será juzgado en términos de éxito o fracaso, sino simplemente como un acto cuyo resultado es desconocido afirma John Cage (Los Ángeles, 1912; Nueva York, 1992) en las páginas de Silencio. Maravilloso en su complejidad, este "libro imposible" se construye como una sabia colección de partituras, de piezas literarias de alto voltaje, llenas de música, de humor, de inventiva...