un revuelo de beatas ha huido gritando que no quiere saberlo las pájaras negras hablan siempre de espaldas las ropas polvorientas los cabellos sucios sus bocas escupen los huesos hacia donde el sol se pone tú disparas tu flecha en dirección contraria o lo que es o mismo por encima de ellas y tu flecha refulge entonces comprendes: nada se ha perdido la flecha eres tú y ésta es tu muerte.