La señora Genoveva Briand-Lemercier, desde que tiene uso de razón, y siguiendo escrupulosamente la consigna de su padre, escribe todos los días algunas líneas en su diario.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso.
Más información