ASUNCIÓN GARCÍA PRENDES, EDITORA
En los duros años de la posguerra, Valentín Vega Fernández (1912-1997) se ganó la vida como fotógrafo ambulante, desplazándose desde Gijón en bicicleta a los pueblos de las cuencas del Caudal y sobre todo del Nalón, donde realizó miles de fotografías con su cámara Leica. Gracias a una curiosidad inagotable, a su mirada permanentemente atenta y a un gran talento para captar la belleza de las cosas y las gentes comunes, sus retratos nos muestran, con una viveza y espontaneidad extraordinarias, los más variados aspectos de la vida cotidiana de los pueblos y las gentes. Mujeres y hombres, jóvenes y viejos, desempeñando toda clase de trabajos y actividades; clases medias bien calzadas y vestidas y gentes humildes con las alpargatas rotas; mercados, fiestas, celebraciones, entierros, desfiles, procesiones… Todo ello en los años cuarenta, antes de instalarse definitivamente, con su propio estudio, en El Entrego.
