Estoy otra vez aquí, en esta oscuridad con palabras. Ahora, sin ti, soy oscuridad y soy palabras. Así comienza esta novela, con la carta que Alejo escribe a su distante amada. El de escribir la carta es el mejor de todos los momentos en los días del protagonista, ocupados casi por completo en cuidar a sus numerosísimos abuelos y en elevar la ya muy alta torre en la que viven para poderlos acoger. La humanidad ha conseguido vencer la batalla a la muerte, encontrando la clave en los instantes finales de la decrepitud de las personas, que, en vez de morir, y tras un breve proceso transitorio, viven prácticamente para siempre.