Establecido en La Habana, se inició en el comercio y tras años de duro trabajo, acabó siendo propietario de una próspera firma "Abadín y Compañía" dedicada al ramo de la peletería y el calzado. A los 38 años regresó a Viveiro, se casó y fundó un hogar. Su espíritu emprendedor y su compromiso social le llevaron a acometer el servicio de abastecimiento de aguas de su ciudad, obra prácticamente concluida el 28 de abril de 1930 cuando la muerte le sorprendió en un trágico accidente de tráfico, y a promover obras de interés social como la Escuela de Vieiro (Viveiro). El objetivo de este libro es doble, por un lado dar a conocer la vida de un viveirés emblemático y, a través de ella, rendir homenaje a quienes emigraron a América y forjaron nuestras raíces con su esfuerzo y sacrificio.
