Para esta proa un joven rumbo pide, serenísima virgen de los mares: a las constelaciones tutelares, a la corriente que profunda mide el orbe de la sal y la gaviota o al viento que da vida a nuestra vela. ¿No ves cómo se borra atrás la estela y la ola a tus pies conspira y brota? Islas de amor, oceánicas fronteras, palacios de coral, antigua playa donde muerde su luz la arena viva y anda la luna sobre las palmeras... Bajo tu mascarón desnudo vaya mi destino a esa miel, virgen altiva! "Virgen de proa", de Alejandro Bekes.